La Ley Karin, promulgada en agosto de 2024, representa un hito en la protección de los derechos laborales en Chile, enfocándose en la prevención y sanción del acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo. Inspirada en la tragedia de Karin Salgado, una funcionaria pública que se suicidó tras sufrir acoso laboral, esta legislación busca erradicar conductas que afectan la dignidad y seguridad de los trabajadores.
En sus primeros cinco meses de implementación, la Dirección del Trabajo recibió 9.151 denuncias, de las cuales el 86,7% corresponden a acoso laboral, el 6,6% a acoso sexual y el 6,7% a otras formas de violencia en el trabajo. Un 67,8% de las denuncias provienen de mujeres, reflejando una tendencia preocupante en cuanto a la vulnerabilidad de las trabajadoras frente a estas situaciones.
El sector público también ha sido escenario de numerosas denuncias. Entre agosto y diciembre de 2024, se registraron 5.214 casos, destacando los ministerios de Salud, Educación y Justicia como los que acumulan la mayor cantidad de acusaciones. De estas denuncias, el 76% fueron realizadas por mujeres, evidenciando la persistencia de desigualdades de género en el ámbito laboral público.
A pesar de estos avances, un estudio de la Universidad de Chile señala que un 35% de las empresas aún carecen de programas de capacitación en materia de acoso laboral y sexual. Esta falta de preparación institucional dificulta la implementación efectiva de la ley y perpetúa ambientes laborales tóxicos.
La Ley Karin ha permitido visibilizar y abordar situaciones de acoso y violencia laboral que antes permanecían ocultas. Sin embargo, su éxito dependerá de un compromiso continuo por parte de empleadores, trabajadores y autoridades para fomentar una cultura laboral basada en el respeto y la equidad. Es imperativo que las organizaciones implementen políticas claras, capaciten a su personal y promuevan un entorno donde todos los trabajadores se sientan seguros y valorados.