En Chile, cada año miles de organizaciones pierden la oportunidad de fortalecer sus equipos por no utilizar sus excedentes de capacitación. Según datos del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE), mÔs del 40% de las empresas con derecho a franquicia tributaria no ejecuta sus recursos disponibles, lo que representa un importante desaprovechamiento de fondos destinados al desarrollo laboral.

Planificar y ejecutar jornadas de capacitación no solo permite aprovechar estos recursos, sino que impacta directamente en el compromiso, la productividad y el bienestar de las personas. Un estudio del Ministerio del Trabajo y Previsión Social (2024) indicó que los equipos que participan regularmente en procesos de formación interna presentan un 25% mÔs de retención de talento y un 30% mÔs de satisfacción laboral.

Hoy, las organizaciones públicas y privadas estÔn llamadas a diseñar planes de formación que respondan a sus desafíos reales: liderazgo efectivo, comunicación, innovación y bienestar organizacional. Estas instancias no deben ser vistas como un trÔmite, sino como una inversión estratégica que potencia a las personas y consolida una cultura de aprendizaje continuo.

Municipios, servicios públicos y empresas privadas en todo el país han comprobado los beneficios de esta prÔctica. Por ejemplo, iniciativas impulsadas por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE) y distintos gobiernos locales han demostrado que la capacitación planificada fortalece la gestión interna y mejora la atención ciudadana, generando equipos mÔs cohesionados y con sentido de propósito.

No dejes que tus excedentes se pierdan, transforma esos recursos en programas de aprendizaje significativos, diseñados para impulsar las habilidades de tu equipo y los objetivos de tu organización.